Esta impresora 3D permite adaptar medicamentos para una dosis personalizada
A medida que el uso de la impresión 3D en la medicina avanza, muchos profesionales y centros de investigación apuestan por implementar esta tecnología en sus estudios y desarrollos. En Latinoamérica, por ejemplo, el uso de la fabricación aditiva en el sector de la salud está creciendo a pasos agigantados. Concretamente, hoy venimos a hablar de un equipo de investigación en Argentina que ha desarrollado una impresora 3D que permite crear y adaptar medicamentos a las necesidades de cada paciente. Este proyecto se ha llevado a cabo por los investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y ha sido distinguido en los Premios INNOVAR 2023.
No es la primera vez que oímos hablar de medicamentos impresos en 3D, de hecho, en España hemos conocido algunos casos de este uso. El Hospital Vall d’Hebron en Barcelona, por ejemplo, ya anunció su utilización de la tecnología 3D para crear medicación; a su vez, el proyecto Deglumed, llevado a cabo por Aimplas, NUTRISPAIN e IT3D, entre otros, facilita la toma de medicamentos a pacientes con disfagia. En esta ocasión, los investigadores argentinos han desarrollado una solución capaz de imprimir en 3D un blister de 14 comprimidos en tan solo diez minutos. Daniel Real, uno de los integrantes del proyecto, explicó: “Ya estamos trabajando con la ANMAT y buscamos dar respuesta al faltante de medicamentos huérfanos o de enfermedades raras, una gran deuda de la industria”.
Una impresora 3D para adaptar los medicamentos
Las llamadas farmacias magistrales tienen la capacidad de hacer formulaciones personalizadas de los medicamentos. Sin embargo, son muy pocas las que asumen esta tarea, debido a la falta de personal capaz de cubrir esta función. Para dar solución a este problema, el equipo de la UNC quiso simplificar el proceso de formulación a través del desarrollo de una impresora 3D de medicamentos. En concreto, evaluaron qué principios activos son los más adecuados para la terapia en humanos. Daniel Real continúa explicando: “Podríamos dar respuesta al faltante de comprimidos que se conoce como medicamentos huérfanos o de enfermedades raras. La industria no los fabrica porque son lotes pequeños que no resultan rentables para la producción en serie, pero hay gente que los requiere de igual manera”, señala Real. Y en este contexto, la respuesta la encontraron en la fabricación aditiva.
Para poder implementar esta idea en una impresora 3D, desarrollaron un sistema que fabricara a una temperatura muy inferior a la que normalmente trabajan las soluciones de plástico. En concreto, la máquina puede imprimir hasta a 60°C, frente a los más de 190ºC de las impresoras de extrusión tradicionales. Gracias a esto, ampliaron el abanico de medicamentos que se pueden fabricar. “Con nuestra impresora, podríamos ajustar la dosis precisa de cada droga y lograr que tome un sólo comprimido en lugar de cinco”, detalla el equipo. Además, hicieron uso de materiales que ya están en circulación en la industria farmacéutica, por ejemplo, para hacer supositorios.
Con estos avances, la tecnología de impresión 3D podría implementarse en las farmacias para ofrecer dosificación mejorada de acuerdo al volumen corporal de cada paciente. Otro beneficio de este método es la adaptación de las formas y colores de los fármacos, para distinguirlos fácilmente, así como la modificación de los tamaños para población pediátrica y gerontológica. Para ello, el equipo de investigación ya está trabajando con la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para poder validar y estandarizar la calidad de los productos que se impriman.
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*Créditos de todas las fotos: Universidad Nacional de Córdoba / CONICET